Facturación vs valor de la empresa.
Recordamos un cliente que vendía productos de electrónica de consumo. Compraba en China y tenía que adelantar el dinero a sus proveedores con 90 días de anterioridad a la recepción de la mercancía. Recibida esta la vendía a la gran distribución, que le pagaba a 120 días. Tenía que financiar 210 días de existencias. Facturaba 30 millones de euros y ganaba 200.000 euros antes de impuestos. Al tener un modelo de negocio que generaba poco valor añadido, sus márgenes eran muy bajos. Se veía necesitado de líneas de descuento para financiar tanto las existencias como el crecimiento de la empresa, por lo que acumulaba 14 millones de euros en deuda con bancos y pagaba muchos intereses.
Nos pidió ayuda para vender su empresa convencido de que, facturando 30 millones de euros, valdría mucho. Por más que se lo explicamos, hubo que esperar a que llegaran las ofertas para que entendiese la cruda realidad. Pocos inversores estaban dispuestos a sustituirle en un negocio que generaba tan pocos beneficios, que tenía una deuda tan abultada y que corría el riesgo de quiebra con tan sólo un cambio de moda en campaña de navidad que le forzaría a liquidar con grandes descuentos todas las existencias, ya importadas y pagadas.
Habitualmente esas empresas, con márgenes bajos y tantos días de espera para el cobro, se han cargado de deuda y al restar la deuda en el valor de la transacción para calcular el precio para el accionista, el propietario se encuentra con que recibe muy poco.
Recordamos un cliente que vendía productos de electrónica de consumo. Compraba en China y tenía que adelantar el dinero a sus proveedores con 90 días de anterioridad a la recepción de la mercancía. Recibida esta la vendía a la gran distribución, que le pagaba a 120 días. Tenía que financiar 210 días de existencias. Facturaba 30 millones de euros y ganaba 200.000 euros antes de impuestos. Al tener un modelo de negocio que generaba poco valor añadido, sus márgenes eran muy bajos. Se veía necesitado de líneas de descuento para financiar tanto las existencias como el crecimiento de la empresa, por lo que acumulaba 14 millones de euros en deuda con bancos y pagaba muchos intereses.
Nos pidió ayuda para vender su empresa convencido de que, facturando 30 millones de euros, valdría mucho. Por más que se lo explicamos, hubo que esperar a que llegaran las ofertas para que entendiese la cruda realidad. Pocos inversores estaban dispuestos a sustituirle en un negocio que generaba tan pocos beneficios, que tenía una deuda tan abultada y que corría el riesgo de quiebra con tan sólo un cambio de moda en campaña de navidad que le forzaría a liquidar con grandes descuentos todas las existencias, ya importadas y pagadas.
Habitualmente esas empresas, con márgenes bajos y tantos días de espera para el cobro, se han cargado de deuda y al restar la deuda en el valor de la transacción para calcular el precio para el accionista, el propietario se encuentra con que recibe muy poco.
Valor de la empresa vs valor de las acciones.
Tienes que saber y recordar que el valor de la empresa es una cosa y el valor de las acciones otra bien distinta. Me explico. Cuando se calcula el valor de la empresa, se determina cuánto vale el ente completo, con independencia de quien haya puesto el dinero para que valga lo que vale. Pueden haber puesto los accionistas todo el dinero o pueden haber puesto ellos un porcentaje y otro los bancos vía préstamo.
Cuando se vende una empresa, para conocer el valor de las acciones, al valor total de la empresa hay que restarle la deuda financiera neta (es decir, restarle la deuda que hay en la empresa y sumarle la caja). Para que sea más fácil de entender, es lo mismo que si vendes una casa por 500.000 euros que tiene una hipoteca de 300.000 euros. A ti, cuando te pagan, te dan solo 200.000.
Para calcular el valor de las acciones, al valor de la empresa hay que restar la deuda financiera neta. Toda la financiación que paga intereses es deuda financiera. Si los accionistas han puesto el 60% del dinero y los acreedores financieros el 40%, el valor de las acciones será sólo el 60% del valor de la empresa.
Por eso, hay empresas cuyas acciones pueden tener valor negativo. La empresa vale 10 millones de euros pero tiene doce millones de deuda financiera. En ese caso hay un valor negativo de dos millones de euros. A los accionistas no les corresponderá nada, la empresa se comprará por un euro y los acreedores tendrán que sufrir una quita de dos millones en su deuda. Si no, nadie sensato aceptará comprar esa empresa porque la compraría por debajo de su valor.
Tienes que saber y recordar que el valor de la empresa es una cosa y el valor de las acciones otra bien distinta. Me explico. Cuando se calcula el valor de la empresa, se determina cuánto vale el ente completo, con independencia de quien haya puesto el dinero para que valga lo que vale. Pueden haber puesto los accionistas todo el dinero o pueden haber puesto ellos un porcentaje y otro los bancos vía préstamo.
Cuando se vende una empresa, para conocer el valor de las acciones, al valor total de la empresa hay que restarle la deuda financiera neta (es decir, restarle la deuda que hay en la empresa y sumarle la caja). Para que sea más fácil de entender, es lo mismo que si vendes una casa por 500.000 euros que tiene una hipoteca de 300.000 euros. A ti, cuando te pagan, te dan solo 200.000.
Para calcular el valor de las acciones, al valor de la empresa hay que restar la deuda financiera neta. Toda la financiación que paga intereses es deuda financiera. Si los accionistas han puesto el 60% del dinero y los acreedores financieros el 40%, el valor de las acciones será sólo el 60% del valor de la empresa.
Por eso, hay empresas cuyas acciones pueden tener valor negativo. La empresa vale 10 millones de euros pero tiene doce millones de deuda financiera. En ese caso hay un valor negativo de dos millones de euros. A los accionistas no les corresponderá nada, la empresa se comprará por un euro y los acreedores tendrán que sufrir una quita de dos millones en su deuda. Si no, nadie sensato aceptará comprar esa empresa porque la compraría por debajo de su valor.
Fuente:
https://www.onetoonecf.com/es/no-confundas-el-valor-de-la-empresa-y-el-valor-de-las-acciones/
Acerca de One to One.
Un equipo único para tu mandato.
Nuestra especialidad es asesorar en Fusiones y Adquisiciones. Llevamos más de diez años mejorando la técnica para que nuestros clientes consigan vender sus compañías al mayor precio posible, sepan abrirse paso en nuevos mercados vía adquisiciones creativas, logren fortalecerse en su sector mediante fusiones, elaboren planes estratégicos diferenciales o valoren correctamente sus compañías. ONEtoONE cuenta con más de cien especialistas en compraventa de empresas obsesionados con los resultados. Otros dicen que asesoran, nosotros conseguimos.
Oscar R. Cuenca. Año 2018.
Hoy crónica desde la Ciudad de México | oscar.r.cuenca@gmail.com
https://www.linkedin.com/in/oscarrcuenca/
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